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Feb 18, 2025

La Política y Sus Números

La Candelaria: entre la tradición y la biología 

Por: Isidro Ovando Medina

Investigador Nacional SNII-CONACYT

Soconusco es la región más al sur de México, fronteriza con Guatemala, cuyo centro de actividad social, económica y política es la ciudad de Tapachula. Esta zona se caracteriza por tener clima tropical lluvioso, aunque posee una diversidad de microambientes a lo largo de un gradiente altitudinal que va desde el nivel del mar en San Benito hasta más de 4000 metros sobre el nivel medio del mar en la cima del volcán Tacaná. Junto a la diversidad ambiental se desarrolló una rica flora que incluye a las plantas epífitas (que viven sobre otras plantas, especialmente sobre árboles leñosos), como las orquídeas.

 

La Flor de La Candelaria, cuyo nombre científico es Guarianthe skinneri es una hermosa orquídea nativa, con distribución natural desde México hasta Panamá. No obstante, los registros históricos de herbario muestran que en México, esta especie solo habita de manera natural en el Estado de Chiapas, específicamente en las regiones Sierra y Soconusco, por ejemplo en las reservas de la biosfera El Triunfo y Volcán Tacaná, donde su abundancia es baja. De hecho, sus poblaciones naturales son realmente escasas, aún en habitats bien conservados. Algunos autores consideran que las poblaciones de esta orquídea se han reducido drásticamente en Soconusco por la extracción intensiva ilegal y por la disminución de su hábitat natural. En cualquier caso, a esta orquídea se le considera en la lista de especies amenazadas.

 

Se sabe que nuestros antepasados apreciaban y empleaban las orquídeas como flores ceremoniales, por lo que no es de extrañarse que los habitantes de Soconusco hayan utilizado ancestralmente a las plantas epífitas como ornamento en sus rituales culturales. Las costumbres van evolucionando a lo largo de los siglos y es por eso que las orquídeas que los antiguos mayas e izapeños usaban para ofrecer a sus dioses se mantuvieron como adornos en los altares católicos a la llegada de los españoles a Mesoamérica.

 

Nuestra planta florece en el invierno en Soconusco y su máxima belleza en color y forma se despliega en el mes de febrero, coincidiendo con la fiesta católica de la Virgen de La Candelaria. De ahí su nombre local, ya que se usa para adornar los altares ceremoniales y las imágenes religiosas durante las fiestas de febrero, sobretodo en el municipio fronterizo de Tuxtla Chico, Chiapas. Esto también ocurre en Guatemala, donde miles de plantas son utilizadas anualmente para una festividad similar, principalmente en el municipio de Jacaltenango.

 

Los campesinos de la zona sierra de la región Soconusco colectan plantas de Flor de La Candelaria en plena floración y las venden a quienes aprecian su belleza en las zonas urbanas, sobretodo en la ciudad de Tapachula; costumbre que persiste a través de las generaciones.

 

No obstante lo anterior, existe el problema de que una vez que las flores se marchitan es común que las plantas mueran y se desechen, impidiendo que se completen su ciclo de vida de fructificar y dar semillas para las nuevas generaciones. Al igual que las otras especies de orquídeas, La Candelaria produce miles de semillas, siempre y cuando hayan sido polinizadas por insectos, las cuales se encuentran dentro del fruto llamado cápsula. Una vez que el fruto madura y se seca, se abre dando lugar a la expulsión de las pequeñísimas semillas, llamadas “tipo polvo”, las cuales son dispersadas por el viento hasta depositarse en la corteza de los árboles en el dosel del bosque. Si las condiciones de humedad, pH, nutrientes y, sobretodo la presencia de hongos micorrícicos simbióticos se conjugan, entonces las semillas germinarán y se convertirán en nuevas plantas que después de varios años llegarán a la floración.

 

Pero todos los procesos anteriores se están rompiendo porque crece la población, crecen las manchas urbanas, se convierten los ecosistemas en pastizales, se inunda el ambiente con plaguicidas, crecen los incendios forestales y un largo etcétera, por lo que el reto de proteger los recursos naturales de Chiapas consiste en reconciliar la tradición, la biología y la protección civil. ¡Menudo reto para la sociedad y el gobierno!

 

La política: México planea la actualizalización de la lista de especies en peligro de extinción en el sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum.

 

Los números:

·      400 mil hectáreas de bosques se deforestaron en Chiapas los pasados 20 años.

·      2500 especies están en peligro de extinción o amenazadas en México.

·      300 años tiene la tradición de La Candelaria, en Tuxtla Chico, Chiapas.

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